Gran formato

La obra presenta una composición abstracta con formas orgánicas y fragmentadas, contenida dentro de un óvalo central. Las figuras, delineadas con contornos suaves y sombreados sutiles, se entrelazan para formar una escena que sugiere la silueta de un cuerpo humano reclinado. Los espacios negativos y positivos se combinan para generar una interacción entre la figura y los objetos que la rodean.

Entre los elementos identificables aparecen frutas tropicales como plátanos, mangos y una berenjena, trabajadas con colores planos y vibrantes: amarillos intensos, rojos vivos, verdes profundos y morados oscuros. Estos colores contrastan con el fondo blanco y los suaves tonos sepia que modelan las formas. La canasta en el centro de la composición refuerza la sensación de abundancia y vínculo con lo cotidiano.

El lenguaje visual fusiona el cubismo con el arte figurativo, utilizando la fragmentación para aludir a la relación entre el cuerpo humano y la naturaleza. La disposición de los elementos transmite dinamismo, mientras que el óvalo central enmarca la escena como si se tratara de una ventana o un escenario simbólico.