Autorretrato

La obra se presenta en un marco dorado que refuerza su carácter de objeto único y casi reliquia. En la parte superior, un retrato difuso de un hombre con gafas, pintado en tonos sobrios, emerge tras una retícula negra con puntos rojos que le confiere un aire de enigma y confinamiento. La presencia del rostro, con su intensidad y centralidad, sugiere un autorretrato, aunque tratado de manera velada y simbólica. Alrededor, pinceladas en amarillo, blanco y negro generan un marco pictórico adicional que juega con la idea de encuadrar dentro del encuadre.

En la zona inferior derecha, un muñeco tridimensional vestido con indumentaria tradicional —boina, chaqueta oscura y falda de cuadros— se incorpora físicamente a la composición, rompiendo el plano pictórico y aportando textura real. A su izquierda, se observan elementos gráficos como un número 8, un pequeño recuadro rojo y un emblema circular, todos dispuestos sobre un fondo claro intervenido con trazos gestuales.

El conjunto combina pintura, collage y objeto ensamblado, un sello característico de Alberto Gironella, que mezcla referencias culturales, históricas y personales. La pieza transmite un sentido de memoria y teatralidad, sugiriendo una narrativa fragmentada que oscila entre el retrato, el símbolo y el arte objeto.